Dianoia 68 (90):3 (
2023)
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Abstract
Planteo una lectura del Wallenstein de Friedrich Schiller como una puesta en escena (Darstellung) de las categorías de lo bello y lo sublime, así como de otras categorías poéticas derivadas, como lo ingenuo y lo sentimental, el idilio y la elegía o la sátira patética y la festiva. Este ejercicio artístico también le permite a Schiller experimentar y desarrollar sus propias ideas estéticas y poéticas y, de este modo, se desarrolla un auténtico diálogo entre el arte y la filosofía en la obra de uno de los clásicos alemanes de la modernidad. Una de las conclusiones es que con el Wallenstein se clausura una comprensión idealista del mundo, pues, como señala Villacañas a través de Hegel, no tiene final de teodicea.