Some recent physiological data indicate that the “subjective timing” of experiences can be “automatically referred backwards in time” to represent a sequence of events even though the earlier portions of associated neurophysiological activity are themselves insufficient to elicit the experience of any sensation. The challenge, then, is to explain how subjects can experience what they do in the reported ways when, if one looked just at certain neurophysiological activity, it would seem that perhaps subjects should report their sensations differently. The (...) phenomenon has seemed sufficiently remarkable to the neurobiologist John Eccles to count as evidence for mind-body dualism. This dualistic interpretation has resulted in a spirited attack by P. S. Churchland on both the physiological research and the dualistic interpretation. Her attack resulted in an equally spirited defense of the research by the primary investigator, B. Libet, where he reaffirmed his more guarded interpretation that “the temporal discrepancy creates relative difficulties for identity theory, but that these are not insurmountable”. In turn, Churchland has defended her criticism of Libet's research so that, for her, Libet's hypothesis remains “infirm and unconfirmed”. (shrink)

Así como los seres humanos en medio de sus marcadas diferencias tienen todos igual valor en dignidad sostenemos que es también plausible asumir, como lo hace Taylor en su hipótesis inicial, que las culturas en medio de sus notables diferencias tengan igual valor en cuanto que siendo todas ellas concreciones colectivas históricas de la tarea auto-formativa del ser humano tienen algo importante que decir a la humanidad.En el encuentro dialógico de las culturas que se da desde siempre se llega eso (...) sí a valoraciones comparativas explícitas, jerarquizantes la mayoría de las veces; desde el punto de vista hermenéutico, sin embargo, tiene tan poco sentido jerarquizar culturas como lo tiene jerarquizar comprensiones, ya que cada vez que algo se comprende se comprende de manera diferente. Esta reflexión es hoy de especial relevancia ante la difamación de la multiculturalidad como re-tribalización de la sociedad liberal pluralista en medio del terror antiterrorista globalizado que vivimos. (shrink)

La investigación ecológica a largo plazo (Long Term Ecological Research, LTER) maneja problemas que abarcan décadas o plazos más largos. El programa y su nombre formal comenzaron en Estados Unidos en 1980. Si bien los estudios y observaciones a largo plazo comenzaron tempranamente en 1400 y 1800 en Asia y Europa, respectivamente, el enfoque a largo plazo no se formalizó sino hasta el establecimiento de los programas de investigación ecológica de largo plazo en Estados Unidos. Estos programas han permitido experimentos (...) a nivel de ecosistemas y comparaciones entre sitios que condujeron a una mejor comprensión de la estructura y funcionamiento de la biosfera. El enfoque ecosistémico holístico de esta iniciativa permite también la incorporación de la dimensión humana en la ecología, y recientemente ha dado lugar al nuevo concepto de investigación socio-ecológica de largo plazo (LTSER). Hoy los programas de investigación socio-ecológica a largo plazo existen en por lo menos 32 países (esto es, los miembros de la Red Internacional de Investigación Ecológica a Largo Plazo o ILTER (International Long Term Ecological Research). Sin embargo, la consolidación de la red internacional dentro del paradigma de investigación socio-ecológica a largo plazo todavía requiere: (1) inclusión de algunas regiones remotas del mundo que aún están poco representadas, como el suroeste de América del Sur; (2) modificaciones en el tipo de investigación realizado, tales como la integración de las ciencias sociales y naturales con las humanidades y la ética, y (3) la incorporación de las conclusiones y resultados dentro de los procesos sociales y políticos. En este contexto, la naciente red de investigación socio-ecológica a largo plazo en Chile, que se extiende en el rango latitudinal más largo de bosque templado en el Hemisferio Sur, agrega una nueva región remota a las investigaciones ecológicas de largo plazo que había sido pasada por alto anteriormente. Además, la colaboración con la Universidad de North Texas y otros asociados internacionales ayuda a desarrollar un enfoque interdisciplinario para integrar las ciencias ecológicas y la filosofía ambiental, junto con los conocimientos ecológicos tradicionales, la educación informal y formal, la política, las humanidades, los procesos socio-políticos y la conservación biocultural. (shrink)

La investigación ecológica a largo plazo (Long Term Ecological Research, LTER) maneja problemas que abarcan décadas o plazos más largos. El programa y su nombre formal comenzaron en Estados Unidos en 1980. Si bien los estudios y observaciones a largo plazo comenzaron tempranamente en 1400 y 1800 en Asia y Europa, respectivamente, el enfoque a largo plazo no se formalizó sino hasta el establecimiento de los programas de investigación ecológica de largo plazo en Estados Unidos. Estos programas han permitido experimentos (...) a nivel de ecosistemas y comparaciones entre sitios que condujeron a una mejor comprensión de la estructura y funcionamiento de la biosfera. El enfoque ecosistémico holístico de esta iniciativa permite también la incorporación de la dimensión humana en la ecología, y recientemente ha dado lugar al nuevo concepto de investigación socio-ecológica de largo plazo (LTSER). Hoy los programas de investigación socio-ecológica a largo plazo existen en por lo menos 32 países (esto es, los miembros de la Red Internacional de Investigación Ecológica a Largo Plazo o ILTER (International Long Term Ecological Research). Sin embargo, la consolidación de la red internacional dentro del paradigma de investigación socio-ecológica a largo plazo todavía requiere: (1) inclusión de algunas regiones remotas del mundo que aún están poco representadas, como el suroeste de América del Sur; (2) modificaciones en el tipo de investigación realizado, tales como la integración de las ciencias sociales y naturales con las humanidades y la ética, y (3) la incorporación de las conclusiones y resultados dentro de los procesos sociales y políticos. En este contexto, la naciente red de investigación socio-ecológica a largo plazo en Chile, que se extiende en el rango latitudinal más largo de bosque templado en el Hemisferio Sur, agrega una nueva región remota a las investigaciones ecológicas de largo plazo que había sido pasada por alto anteriormente. Además, la colaboración con la Universidad de North Texas y otros asociados internacionales ayuda a desarrollar un enfoque interdisciplinario para integrar las ciencias ecológicas y la filosofía ambiental, junto con los conocimientos ecológicos tradicionales, la educación informal y formal, la política, las humanidades, los procesos socio-políticos y la conservación biocultural. (shrink)

La investigación ecológica a largo plazo (Long Term Ecological Research, LTER) maneja problemas que abarcan décadas o plazos más largos. El programa y su nombre formal comenzaron en Estados Unidos en 1980. Si bien los estudios y observaciones a largo plazo comenzaron tempranamente en 1400 y 1800 en Asia y Europa, respectivamente, el enfoque a largo plazo no se formalizó sino hasta el establecimiento de los programas de investigación ecológica de largo plazo en Estados Unidos. Estos programas han permitido experimentos (...) a nivel de ecosistemas y comparaciones entre sitios que condujeron a una mejor comprensión de la estructura y funcionamiento de la biosfera. El enfoque ecosistémico holístico de esta iniciativa permite también la incorporación de la dimensión humana en la ecología, y recientemente ha dado lugar al nuevo concepto de investigación socio-ecológica de largo plazo (LTSER). Hoy los programas de investigación socio-ecológica a largo plazo existen en por lo menos 32 países (esto es, los miembros de la Red Internacional de Investigación Ecológica a Largo Plazo o ILTER (International Long Term Ecological Research). Sin embargo, la consolidación de la red internacional dentro del paradigma de investigación socio-ecológica a largo plazo todavía requiere: (1) inclusión de algunas regiones remotas del mundo que aún están poco representadas, como el suroeste de América del Sur; (2) modificaciones en el tipo de investigación realizado, tales como la integración de las ciencias sociales y naturales con las humanidades y la ética, y (3) la incorporación de las conclusiones y resultados dentro de los procesos sociales y políticos. En este contexto, la naciente red de investigación socio-ecológica a largo plazo en Chile, que se extiende en el rango latitudinal más largo de bosque templado en el Hemisferio Sur, agrega una nueva región remota a las investigaciones ecológicas de largo plazo que había sido pasada por alto anteriormente. Además, la colaboración con la Universidad de North Texas y otros asociados internacionales ayuda a desarrollar un enfoque interdisciplinario para integrar las ciencias ecológicas y la filosofía ambiental, junto con los conocimientos ecológicos tradicionales, la educación informal y formal, la política, las humanidades, los procesos socio-políticos y la conservación biocultural. (shrink)

Esta obra de Byung-Chul Han, que no es la más reciente en alemán (hace poco se publicó Infokratie. Digitalisierung und die Krise der Demokratie, es la última publicación del coreano en español. Esta investigación, desgraciadamente, brilla por su falta de nueva información sobre la arquitectura teórica que Han ha venido desarrollando en los últimos años. Salvo el primer capítulo y los últimos tres, esta obra se ve como un refrito de temas que el autor ha posicionado en otros de sus (...) libros. (shrink)

En su último libro, Han afirma: «[y]a no habitamos la tierra y el cielo, sino Google Earth y la nube» (p. 12). En No-cosas, Han critica el paso del mundo de las cosas hacia el mundo de las no-cosas. Las cosasson vendrían a ser los objetos físicos que solían constreñir nuestra vida cotidiana: los árboles, los libros, las casas y sus respectivos habitantes. Frente a ellas, Han nos muestra las no-cosas —o información digital—. Las no-cosas son realidades intangibles y, por (...) ende, inmunes al paso del tiempo. Los e-books o libros electrónicos, por ejemplo, son las no-cosas que en la actualidad intentan reemplazar a los libros. La naturaleza se aleja de nosotros siendo únicamente accesible mediante la pantalla de nuestros smartphones. Las personas también escapan de nuestro alcance, disponiendo únicamente de ellas en redes sociales como Facebook o Tinder (p. 94). En suma, No-cosas es una crítica social a la digitalización del mundo y una elegía al ‘misticismo’ del mundo de las cosas. (shrink)

El autor intenta definir el problema que enfrentaría actualmente la Fenomenología husserliana si se la enfrentara con las llamadas ciencias cognitivas, las cuales han surgido recientemente. La confrontación puede verse desde dos ópticas: a) como la irrupción de un enfoque antagónico de algunos temas abordados por la fenomenología de Husserl, o b) como la aceptación de que las nuevas realidades científicas, reveladas por las ciencias cognoscitivas, abren la posibilidad de una naturalización de algunas descripciones fenomenológicas. El autor se inclina por (...) la segunda vía por ser más prometedora. (shrink)

La característica central del pensamiento filosófico del siglo XX (si más no, de la llamada a día de hoy 'filosofía analítica') ha sido el interés por el estudio del lenguaje. El lenguaje religioso no ha sido una excepción a este interés. Uno de los ejemplos más tempranos de esta preocupación por el estudio del lenguaje religioso es el análisis propuesto por R. B. Braithwaite en su "An Empiricist's View of the Nature of Religious Belief" (1955). Dicho muy brevemente, la idea (...) básica de Braithwaite es que el lenguaje religioso no describe el mundo: aquellos que realizan una afirmación de índole religiosa no están aceptando la verdad de una proposición sino que están simplemente expresando su compromiso con un determinado código de conducta. Es por ello, dice Braithwaite, que adoptar una creencia religiosa no consiste en aceptar que el mundo se corresponde con una descripción de hechos determinada, sino en comprometerse a actuar de acuerdo con un código de conducta. El objetivo de este artículo es ofrecer un análisis crítico de la propuesta de Braithwaite. (shrink)

In his article ‘God and Probability’, 1 Hugh Mellor introduced the notion of the ‘bridge-hand fallacy’, allegedly committed by those who think they can appeal to probabilities in arguments for design. I should like to give this notion another airing, partly because of its recent criticism in two interesting books - R. G. Swinburne' The Existence of God and D. J. Bartholomew's God of Chance - and partly because it seems worth asking how it fares in relation to the most (...) recent examples of design argument, namely those which appeal to the so-called ‘anthropic principle’ in cosmology. (shrink)

The present volume focuses on this wisdom of humility that characterizes Westphals thought and explores how that wisdom, expressed through the redemptive ...

This book offers an introduction to the Sophists of fifth-century Athens and a new overall interpretation of their thought. Since Plato first animadverted on their activities, the Sophists have commonly been presented as little better than intellectual mountebanks - a picture which Professor Kerferd forcefully challenges here. Interpreting the evidence with care, he shows them to have been part of an exciting and historically crucial intellectual movement. At the centre of their teaching was a form of relativism, most famously expressed (...) by Protagoras as 'Man is the measure of all things', and which they developed in a wide range of views - on knowledge and argument, virtue, government, society, and the gods. On all these subjects the Sophists did far more than simply provoke Plato to thought. Their contributions were substantial and serious; they inaugurated the debate on many central philosophical questions and decisively shifted the focus of philosophical attention from the cosmos to man. (shrink)

Institutional explanations have been, and continue to be, one of the most important means of understanding the choices made by governments and other actors in society. This four volume set brings together a collection of the key readings in institutional theory and its applications to political phenomena. Although the principal focus of these readings is on institutional theory based in political science, articles from other disciplines that have been central to the development of theory in this discipline, or that have (...) substantial relevance for political phenomena, have also been included. Forming part of the SAGE Library of Political Science, this set contains a substantial overall introduction and conclusion as well as shorter introductions to each Part. It is an essential purchase for social science libraries around the world. (shrink)

"First published by Oxford University Press, 1916."--Title page verso.

Various U.S. laws, such as the Clean Air Act and the Food Quality Protection Act, require additional protections for susceptible subpopulations who face greater environmental health risks. The main ethical rationale for providing these protections is to ensure that environmental health risks are distributed fairly. In this article, we (1) consider how several influential theories of justice deal with issues related to the distribution of environmental health risks; (2) show that these theories often fail to provide specific guidance concerning policy (...) choices; and (3) argue that an approach to public decision making known as accountability for reasonableness can complement theories of justice in establishing acceptable environmental health risks for the general population and susceptible subpopulations. Since accountability for reasonableness focuses on the fairness of the decision-making process, not the outcome, it does not guarantee that susceptible subpopulations will receive a maximum level of protection, regardless of costs or other morally relevant considerations. (shrink)

Bridging the gap between the world of science and the realm of the spiritual, B. Alan Wallace introduces a natural theory of human consciousness that has its roots in contemporary physics and Buddhism. Wallace's "special theory of ontological relativity" suggests that mental phenomena are _conditioned_ by the brain, but do not _emerge_ from it. Rather, the entire natural world of mind and matter, subjects and objects, arises from a unitary dimension of reality that is more fundamental than these dualities, as (...) proposed by Wolfgang Pauli and Carl Jung. To test his hypothesis, Wallace employs the Buddhist meditative practice of _samatha_, refining one's attention and metacognition, to create a kind of telescope to examine the space of the mind. Drawing on the work of the physicist John Wheeler, he then proposes a more general theory in which the participatory nature of reality is envisioned as a self-excited circuit. In comparing these ideas to the Buddhist theory known as the Middle Way philosophy, Wallace explores further aspects of his "general theory of ontological relativity," which can be investigated by means of _vipasyana_, or insight, meditation. Wallace then focuses on the theme of symmetry in reference to quantum cosmology and the "problem of frozen time," relating these issues to the theory and practices of the Great Perfection school of Tibetan Buddhism. He concludes with a discussion of the general theme of complementarity as it relates to science and religion. The theories of relativity and quantum mechanics were major achievements in the physical sciences, and the theory of evolution has had an equally deep impact on the life sciences. However, rigorous scientific methods do not yet exist to observe mental phenomena, and naturalism has its limits for shedding light on the workings of the mind. A pioneer of modern consciousness research, Wallace offers a practical and revolutionary method for exploring the mind that combines the keenest insights of contemporary physicists and philosophers with the time-honored meditative traditions of Buddhism. (shrink)

In recent years, scholars have come to understand emotions as dynamic and socially constructed—the product of interdependent cultural, relational, situational, and biological influences. While researchers have called for a multilevel theory of emotion construction, any progress toward such a theory must overcome the fragmentation of relevant research across various disciplines and theoretical frameworks. We present affect control theory as a launching point for cross-disciplinary collaboration because of its empirically grounded conceptualization of social mechanisms operating at the interaction, relationship, and cultural (...) levels, and its specification of processes linking social and individual aspects of emotion. After introducing the theory, we illustrate its correspondence with major theories of emotion construction framed at each of four analytical levels: cultural, interactional, individual, and neural. (shrink)